viernes, 14 de marzo de 2014

Qué vida tan dura

Esta es una vida extremadamente dura. Tumbado en la cama de Desdichado. Con lo feliz que sería viviendo en una cuadra cazando ratones. Porque yo soy un perro malo, muy malo... y hago grrrrrrrrrrr...cuando me rascan la barriga. Soy mucho más malo que un lobo malo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Paseando a Desdichado

Soy Rex quien escribe de nuevo. Podría escribir expresiones como wuau, wow, boj boj, ... pero los schnauzers grises sobre fondo rojo tenemos mucho estilo para escribir, aunque si hay que ladrar a algún pelmazo, se ladra.
Pues esta carita de pena, es la que se me queda ultimamente cuando escucho los monólogos de Desdichado, a los que llama Conversaciones con Rex. El probre anda un poco triste desde que se le han terminado las vacaciones en Winesburg, Ohio (Castellón).  Así que me toca sacarlo a pasear mínimo dos veces al día, una antes de que se marche al trabajo, cuando aún duermen las gallinas y otra cuando vuelve por la noche noche.
Comienzo marcando mi trotecillo al paso, cual sutil bailarina, con mi bamboleo de orejas y por momentos me parece ver que Desdichado sonríe, intuyo que pensando que marcha al compás de los silbidos del Puente sobre el Río Kwai.
No se que sería de Desdichado si no fuera por mí, por su schnauzer gris sobre fondo rojo.

sábado, 30 de octubre de 2010

Tonterías las justas

Aquí teneis a Desdichado intentando ponerme un sombrero de aprendíz de brujo.
El hombre tenía ilusión de disfrazarme de no se qué de Halloween.
Pero va a ser que no. Que se ponga él el gorro y se mire en el espejo.


Y menos mal que regateo que no veas, porque pesao se ha puesto un rato

sábado, 16 de octubre de 2010

La vie en rouge

En cuanto se acerca el frío, a dormir sobre el sillón.
Ya lo dice el refran: "A quién buen amo se arrima, buen sillón le cobija".
¡Mirad, mirad! ¿Soy o no soy el Rey de la casa?




miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿Quién dijo vacaciones?

Cada vez que alguien de mi manada nombra la palabra vacaciones, acabo como en Celda 211.
Bueno, quizá decir esto sea algo demasiado exagerado. Realmente dicen que me llevan a una Residencia Canina, de la que no tengo queja (más me vale). Habitación individual, dos ambientes, exterior e interior, climatización, patio y paseo diario, atención personalizada, servicios veterinarios,...
Lo malo es cuando me toca al lado de algún pelmazo que se pasa el día ladrando, ó peor aún, cuando me toca junto a una preciosidad que huelo pero no cato...¡¡¡Guauuuuuuuuuuu!!!
Al final, por muy bien que esté, siempre acabo deseando que mi manada vuelva pronto y que no les pase nada por ahí y puedan volver a recogerme. Yo soy duro de pelar, pero como en casa con la manada, no estoy en ninguna parte.
Eso sí, una cosa buena de las vacaciones, es que al volver, me he encontrado la phalaenopsis más seca que una de las momias del Louvre.
La jefa de la manada, no Desdi, que no pinta ná, ha dicho que en el próximo viaje me voy con ellos. Pero no me voy a hacer ilusiones.

viernes, 9 de abril de 2010

Phalaenopsis


Acabo de regresar de la residencia. He vuelto al calor del hogar, tras unos días en la celda 211. Siempre lo mismo, cada vez que se juntan unos días de fiesta y ellos hacen un viajecito, yo acabo entre rejas. Que si el rancho, que si la hora del patio, que si los colegas,...pero lo peor es lo larga que se hacen las noches.
El primer día que despierto en casa, miro perplejo a mi alrededor y parece que acabara de despertar de un mal sueño.
Pero en este regreso, me he encontrado con un elemento preocupante. Se llama Phalaenopsis y es una planta. Parece ser que se la han regalado a Desdichado, y no para de contemplarla. Está cuidándola al último detalle para que se aclimate en casa. Que si la luz, que si la humedad, que cuidado con el Sol,...y yo qué!!! ¿Alguién se preocupa en casa de si tengo algún trauma?
¡Cómo la pille, la hago trizas!

sábado, 23 de enero de 2010

De perros que saben que sus amos están camino de casa y que no les hacen ni puñetero caso cuando entran por la puerta

Desdichado, por muy silencioso y especial que se crea respecto al humano standard, no deja de sorprenderme en su extraño comportamiento.
En efecto, tal y como cuenta la leyenda urbana, los perros que estamos muy unidos por vínculos de la madre naturaleza a nuestros dueños, somos capaces de adelantarnos a saber cuando van a llegar a casa. Por eso, unos minutos antes de que "Desdi" llegue a casa, me subo a mi sillón y me convierto en estatua de sal. "Desdi" entra, saluda al resto de la manada menos a mí (cosa que lleva haciendo desde siempre) y yo no muevo ni una pestaña. Antes  salía corriendo a su encuentro, saltaba, le ponía las patas encima... y no le hacía ninguna gracia. Sin embargo, ahora que le respondo con la más absoluta indiferencia, se ha puesto la mar de contento y va presumiendo al resto de la manada con que ya es el líder, que si patatín, que si patatán...dándoselas de postín. ¿Líder con un schnauzer standard en casa? Hay que ser iluso. Pero bueno, cuesta poco hacerle felíz.
Por cierto, que "Desdi" quiere saber si puedo adivinar el número del próximo sorteo de la lotería, pero esa cualidad no la he podido heredar de mis ancestros.